Deseo, deseo, deseo…
Aún me queda un último deseo. El último antes de perderle para siempre.
-Bueno, ¿qué es lo que deseas, ama?
-No sé, debo pensarlo, no quiero que mi último deseo no sirva de nada…
-Todos desean lo mismo. Dinero, sexo... ¿Tú no?
-¡No!
El genio se impacienta, pero me doy cuenta de que lo que verdad siente es desesperación y angustia.
-¿Entonces qué deseas?-pregunta más calmado.
Sonrío y me acerco a él. No esperaba mi reacción por lo que se pone tenso, aunque recupera su anterior postura rápidamente. Me devuelve la sonrisa.
Me acerco aún más a él, a su boca, de manera que solo nos separa unos centímetros.
-Te deseo a ti.
Él ríe bajito y rompe la distancia que nos separa.
Sus labios se aprietan a los míos con dulzura. Puedo saborear su aliento, cálido y dulce.
Se separa de mí y me susurra:
-Deseo concedido.
Le sonrío y vuelve a besarme, aunque esta vez con más fiereza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario