El diablo NO viste de rojo.

A veces me pregunto el por qué de las cosas. Supongo que todo esto tendrá un sentido, ¿no? La vida, sí, es algo que quizás no se puede explicar, y las cosas que pasan... ¿quién sabes quién fue el que se encargó de crear todo esto? Vale, muchos tienen fe, yo la tengo, pero tengo mis dudas, y mis cuestiones sin resolver. 
El diablo, sí, dicen que es muy malo, que es un ángel caído, al que le cortaron las alas por traicionar a su señor, y entonces vive en el infierno; pero porque viva en el infierno ¿tiene que ser rojo?, o ¿tiene que llevar un tridente consigo? No lo entiendo, y quizás jamás lo entienda, pero me importa un pito.

Vivo por ella.

¿Sabes? Desde que tengo uso de razón aprendí a vivir por ella. Siempre estaba conmigo, nunca me abandonaba, ni si quiera en los momentos tristes; en los momentos que me sentía sola, ella estaba para escuchar mi llanto, y para enjugar mis lágrimas, para consolarme con sus palabras. Quizás es la amiga más fiel y sincera que haya tenido nunca. Vivo por ella porque me da fuerza, valor y realidad para sentirme viva. 

Brilla fuerte y alta. Ella mis penas espanta. Ella vive dentro de mí; ella me da la vida. 

Ella se llama música, y vivo por ella.