Miré
a aquel que me hizo feliz un día, a aquel que me prometió la luna, quizás el
universo. Miré a aquel que por un instante me hizo sentir la persona más
increíble del mundo, a aquel que con solo una sonrisa me lo daba todo. Miré a
aquel con el que compartí más que palabras, pero también el que además de
risas, me hizo llorar, sufrir, y arrojando mi corazón a las llamas, dijo:
"Ya no te quiero. Soy demasiado para ti."
Le miré y solo pensé: "Sufre mamón". Luego, besé a aquel que solo buscaba mi felicidad; mi perro.
Le miré y solo pensé: "Sufre mamón". Luego, besé a aquel que solo buscaba mi felicidad; mi perro.
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