Sonríe para que el mundo esté celoso de ti.


martes, 20 de marzo de 2012

Young.

Me gustaría parar el tiempo, y volver atrás. Volver a esos días de blanca inocencia, en los que las preocupaciones no existían. Me encantaría volver a vivir esos días dorados de playa, en los que las conchas podían convertirse sin esfuerzo en las joyas de una reina. O volver a aquellos días en los que me acurrucabaen el regazo de mi abuela, bajo las estrellas de julio. O simplemente volver a escucharme cantar villancicos subida a una silla y con una pandereta en la mano, en aquellos días de Navidad, con mi madre detrás diciéndome que dejara de hacer el mono, que me iba a caer. Pero a mí no me importaba caerme, yo sólo quería cantar tan fuerte como pudiera, con la alegría inmensa de un niño que sabe que pronto volverán los regalos de Reyes.
Pero ahora miro, y esas cosas han desaparecido. Ya no me quedo despierta mirando la ventana, esperando ver a un hada que entrara y despertara a mis muñecas. Ya no sueño con ser la princesa que vive en el castillo de torreones de las películas, ni con que las ratones me cosieran un vestido de vuelo.
Ahora tan sólo me queda ese recuerdo de la felicidad, y el amargo regusto que deja la verdad pegado al corazón. Ahora sé que las hadas sólo viven en los cuentos, y que la magia es tan efímera que desaparece con la caricia del saber. Ahora, sólo me quedo yo a mí misma. 

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