Roiben se inclinó hacia delante, salvando las distancia que nos separaba, y juntó su boca con la de Kaye.
-Hmmm-Kaye se echó para atrás un tanto aturdida-¿Por qué dices que ese beso me pertenece?
-Es el beso que te robé cuando estabas bajo los efectos del encantamiento-explicó Roiben.
-Ya, ¿y si no lo quiero?
-¿No lo quieres?
-No-replicó Kaye mientras sonreía de orja a oreja-quiero que lo recojas otra vez, si no te importa.
-Soy tu siervo fiel-dijo el rey de la Corte Oscura acercando sus labios a los de Kaye-tus deseos son órdenes para mí.
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